Desde un reloj Casio hasta un laboratorio en Córdoba, el EAAF reconstruyó la identidad de una víctima de un delito que permanecía oculto.

La ciencia que puso fin a 41 años de búsqueda: La identificación de Diego Fernández Lima
Después de 41 años de misterio, la identidad de Diego Fernández Lima (16), un adolescente desaparecido en 1984, fue finalmente confirmada gracias al crucial trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). La directora del equipo, Mariela Fumagalli, detalló el proceso que unió el hallazgo de restos humanos en Buenos Aires con la identificación genética en Córdoba.
El caso captó la atención pública en mayo, cuando trabajadores de una excavación en el barrio porteño de Coghlan encontraron huesos humanos. Un reloj Casio hallado junto a los restos fue una pista clave para datar el suceso. La Fiscalía a cargo del caso solicitó la intervención del EAAF, dando inicio a una investigación forense que culminó con un resultado positivo.
El proceso de identificación en el laboratorio de Córdoba
Fumagalli explicó que el EAAF actuó en tres etapas: primero, en la recuperación de los restos óseos en el lugar del hallazgo; luego, en el análisis antropológico para establecer un perfil biológico; y finalmente, en el cotejo genético. Este último paso se realizó en el Laboratorio de Genética Forense del EAAF en Córdoba.
El perfil biológico inicial, que estimaba una edad de entre 16 y 19 años al momento de la muerte, captó la atención de la familia de Diego, quien había desaparecido a los 16. La coincidencia en la edad, sumada al lugar del hallazgo y la presencia del reloj, llevó al sobrino de la víctima a contactarse con la Justicia y el EAAF para donar una muestra de sangre.
El cotejo genético fue rápido y exitoso. Las muestras de ADN extraídas de los restos óseos y la sangre del familiar coincidieron, confirmando que se trataba de Diego Fernández Lima. Fumagalli destacó la colaboración de todas las partes, desde los albañiles hasta la Justicia y la ciencia, como clave para este resultado.
Signos de violencia y la deuda con los desaparecidos en democracia
La antropóloga forense reveló que el análisis de los huesos mostró signos de violencia: una lesión cortopunzante en la costilla derecha, que podría haber sido la causa de muerte, y cortes en los muslos que sugieren manipulación o un intento de desmembramiento del cuerpo. La familia, en estado de shock tras la noticia, ahora busca respuestas sobre las circunstancias de la muerte.
Fumagalli también se refirió a la problemática de los desaparecidos en democracia. Si bien el EAAF es conocido por su trabajo en casos de lesa humanidad, en la última década ha ampliado su labor a restos sin identificar. La especialista lamentó la falta de registros y políticas públicas que aborden esta problemática, señalando que casos como el de Diego, que se resolvió en parte por la “casualidad” de su hallazgo en un lugar mediático, son una excepción. Por ello, instó a crear un banco nacional de datos forenses que unifique los datos genéticos de personas desaparecidas con los de los cuerpos encontrados.