Una teoría sobre curas y un pasado familiar bajo sospecha: la historia detrás del macabro hallazgo que destapó la desaparición de un adolescente.


En el barrio de Coghlan, una investigación sacudió la tranquilidad de la avenida Congreso tras el hallazgo de restos humanos en el patio de una casa. El 20 de mayo, obreros que trabajaban en una propiedad lindera encontraron 151 piezas óseas que, con el tiempo, se confirmaría que pertenecían a Diego Fernández Lima, un adolescente desaparecido hace 40 años.

La primera reacción de la familia Graf

Tras el macabro descubrimiento, la familia Graf, que residía en la casa, quedó en el centro de la atención. Ingrid Graf, de 60 años, fue una de las primeras en hablar con la policía. Al llegar los agentes, Ingrid sugirió que los huesos podrían pertenecer a alguien enterrado en la época en que en el lugar funcionaba la parroquia Santa María de los Ángeles. Una hipótesis que se desmoronó rápidamente.

Posteriormente, Ingrid declaró ante la policía que vivía en Chubut y solo estaba en Buenos Aires para cuidar de su madre. Contó que un arquitecto de la obra lindera fue quien le avisó del hallazgo y que ella llamó al 911. La mujer no volvió a mencionar la teoría de la iglesia.

La implicación de Norberto Cristian Graf

La investigación del fiscal Martín López Perrando dio un giro al apuntar directamente a Norberto Cristian Graf, de 58 años, hermano de Ingrid. Se descubrió que Norberto había sido compañero de colegio de Fernández Lima, lo que lo convirtió en un sospechoso clave.

El fiscal imputó a Norberto por “encubrimiento agravado” y “supresión de evidencia”, solicitando su declaración. La acusación se basa en que Norberto intentó desviar la atención y ocultar el hallazgo desde el principio. Una de sus estrategias, según testimonios de la obra, fue pedir a los obreros que no cortaran un árbol cerca de la medianera. Además, el fiscal señaló que Norberto se mostró “preocupado” y “vigilaba” el avance de la construcción, temeroso de que los restos fueran descubiertos.

Norberto también ofreció varias explicaciones, todas ellas descartadas por la investigación:

  • Al igual que su hermana, sugirió que los huesos eran de personas enterradas por curas cuando la casa era una iglesia.
  • Planteó que en el lugar había existido un establo, y los huesos eran de animales.
  • Afirmó que los restos podrían haber llegado en un camión de tierra que usaron para nivelar el patio.
La víctima: Diego Fernández Lima

Los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificaron los restos como los de Diego Fernández Lima, de 16 años, quien desapareció en 1984. El joven presentaba una herida de arma blanca en la costilla derecha y lesiones que sugerían un intento de desmembramiento. Su padre, Juan Fernández, murió en 1991 sin saber el trágico destino de su hijo.

El caso de Diego, un misterio de cuatro décadas, finalmente comienza a resolverse, con la familia Graf bajo la lupa de la justicia.