Tras una fallida licitación, el Gobierno reacciona con medidas drásticas que retiran billones de pesos del mercado, en un intento por evitar una nueva corrida cambiaria y frenar una escalada que parece imparable.


Para frenar el avance del dólar, el Banco Central (BCRA) ha implementado una nueva medida de urgencia: un aumento en los encajes bancarios. La decisión, oficializada a través de la comunicación A 8302, llega tras una fallida licitación de deuda que liberó billones de pesos al mercado, y tiene como objetivo principal “secar” esa liquidez para evitar que presione sobre el tipo de cambio.

La fallida licitación y el riesgo de los “pesos excedentes”

Ayer, el gobierno intentó renovar vencimientos de deuda por casi 15 billones de pesos, pero solo logró captar alrededor de 9 billones. A pesar de haber convalidado una suba de la tasa de interés al 69,2% anual, los bancos no renovaron sus tenencias en letras del Tesoro, lo que dejó un excedente de 5 billones de pesos en circulación.

Para el BCRA, este exceso de liquidez representa un peligro inminente, ya que podría terminar comprando dólares y haciendo subir su precio. La nueva medida busca absorber esos pesos para estabilizar el mercado.

Los detalles de la nueva normativa

La nueva regulación, que entra en vigencia el lunes, eleva en cinco puntos porcentuales el “efectivo mínimo” que los bancos deben mantener para los depósitos a la vista, fondos comunes de inversión y otros instrumentos en pesos. Además, endurece las reglas al exigir que este cumplimiento sea diario y no un promedio mensual, lo que hace más estricto el control.

Para mitigar el impacto en los bancos, el BCRA permitirá que tres de esos cinco puntos porcentuales se integren con títulos públicos que el Tesoro emitirá en una licitación especial. Así, el gobierno busca financiamiento y los bancos, un retorno por el dinero inmovilizado.

Reacción de los bancos y el efecto en la economía

El anuncio no fue bien recibido por las entidades financieras, que en una reunión con el BCRA expresaron su preocupación. El cambio a una medición diaria de los encajes fue visto como una “suba encubierta”, ya que dificulta la gestión de saldos y aumenta el riesgo de penalizaciones.

Esta medida de endurecimiento monetario, que busca retirar pesos de la economía, contradice la estrategia anterior del gobierno de alcanzar un “punto Anker”, un escenario donde la no renovación de deuda indicaría un aumento de la demanda de créditos privados. Los analistas señalan que esta nueva postura es “exactamente lo inverso al punto Anker” y que el gobierno prefiere bajar el precio del dólar antes que permitir que la liquidez presione sobre los precios.

El impacto se sentirá en la economía real: un endurecimiento de la política monetaria suele resultar en tasas más altas para préstamos y financiación de consumo, afectando la actividad económica y el poder adquisitivo de los ciudadanos.